XXXII
Hay siempre una tensión y una esperanza
en cada movimiento.
Así es como se aprende.
Así incorpora el agua a su bagaje
los códigos secretos del verano.
¿No es acaso el amor, te lo pregunto,
vibración de las aguas sumergidas?
Sobre el brocal del pozo
los ojos se asomaron al misterio.
No es fácil renunciar a la memoria
arrojándola al río del olvido…
Por el brocal se desprendió la piedra
y se quebró el silencio,
y en la tensión del agua, como música,
se pudo oír el canto primitivo
de los hijos del viento.
Esrito está en el agua que se agita.
Carlos Aganzo
Las flautas de los bárbaros
EVEREST POESÍA